jueves, 13 de octubre de 2011

La gran siesta - de Reino de Alpacatina 3ª parte

https://fbcdn-profile-a.akamaihd.net/hprofile-ak-snc4/203588_103188306448612_749813_n.jpg¡El reino esta de vuelta! Conseguimos despertarnos de la siesta general, esperamos que el reino entero despierte con nosotros...
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el miércoles, 12 de octubre de 2011, 23:23
La batalla primaria ha terminado. Todo el reino esta dormido, apagado. Algunos descansan, otros simplemente no consiguen levantarse. Pero todos se encuentran esperando que el tiempo pase....
Un sepulcral silencio reina en palacio. No se percibe la habitual agitación de los cortesanos que quieren visitar a la reina, ni de la servidumbre que perfuma constantemente los salones, alcanza los calderos si hace frío, o prepara los banquetes para la corte.
Nada de eso ocurre. Una gran tranquilidad inunda al palacio. Los pasillos, vacíos, demuestran la tranquilidad que se vive. Las habitaciones de la servidumbre se encuentran colmadas. Todo el personal del palacio se encuentra dormido. Incluso los guardias de seguridad descansan sentados en sillas en sus puestos de vigilancia.
Todo el palacio duerme. El salón del trono esta vacío. Los cortesanos duermen en sus casas y la reina disfruta de su merecida siesta. Luego de la batalla primaria, todo el palacio descansa en la tranquilidad de la victoria y duerme placidamente.
En los aposentos reales, dentro de la gran cama real, descansa la reina. Duerme destapada, abrazada a su pequeño espejo. En su cabeza, perfectamente posicionada, su brillante corona con la inscripción “Kristina por Siempre”.
En el cuarto inmediatamente siguiente al de la reina, descansa también el Príncipe Amador, que también descansa destapado y muy relajado. Una silla espera al lado de la cama sosteniendo su uniforme militar, el Jean y la campera de cuero. La guitarra apoyada sobre la silla espera ansiosa volver a ser tocada.
En las afueras del palacio, allá en los lejanos rincones del reino, cada uno de los duques opositores duerme también, no la siesta que se toman en palacio, sino que por el contrario, yacen inconcientes luego del gran golpe asestado por el ejercito realista.
El pequeño palacio de Eduardo el Repudiado luce más vacío que de costumbre. Solo duerme allí el duque Eduardo con su esposa la Chiche. La habitación reservada para su gran amigo del sur Marito de las Nieves se encuentra vacía. Marito ha partido para sus lejanas tierras y parece que no va a volver.
Algo similar ocurre con Ricardo el pequeño, que luego de la batalla Primaria quedo inconciente en una pequeña casa completamente vacía. La misma casa que pocas semanas atrás recibía numerosas visitas a diario.
En la recoleta, la duquesa Elisa se abroquelo en sus aposentos más íntimos y, tapada con sus mantas hasta la cabeza evita mirar por la ventana y ver a su pequeño ejército que desconcertado espera en los establos sin saber bien que.
El único que no duerme, el joven Francisco deambula entre los ducados del reino, buscando el apoyo de alguno de los duques para su empresa personal. El y su caballo, con su estandarte personal de color rojo recorre en vano los caminos del reino. Lejos quedo la casa de Ricardo el pequeño, donde solía dejar a su caballo para que descanse.


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