lunes, 10 de octubre de 2011

"Lo que debería dolernos a Todos y Todas"... Santa Ana - Tucumán

https://fbcdn-sphotos-a.akamaihd.net/hphotos-ak-snc7/s720x720/314677_225840750808798_178887795504094_652358_1396444218_n.jpgDesde el cierre del ingenio, hace más de medio siglo, no se desarrollaron emprendimientos productivos. Entre un 30% y un 40% de los habitantes están desocupados. Los jefes de familia y los jóvenes emigran cuando concluyen las cosechas de citrus y de caña. ¿Los efectos? Altos porcentajes de desnutrición infantil, alcoholismo, drogadicción y violencia familiar.

Hace más de medio siglo que el ingenio cerró. Pasaron 24 años desde que dinamitaron las chimeneas. Mientras tanto, a Santa Ana le siguen faltando recursos; industrias y fábricas capaces de generar miles de puestos de trabajo.
Sólo 8.000 almas se quedaron -en 1966- en toda la jurisdicción comunal. Más de 12.000 habitantes emigraron a otros centros urbanos cuando el dictador Onganía cerró de un plumazo 11 fábricas azucareras -otras seis ya no molían-. En 2007 la población había credido a 13.600 personas y la tendencia se acentuó: se registró un incremento del 45% con relación a cuatro años atrás. Ahora cuentan con 18.600 habitantes.

Hoy la economía de Santa Ana se asienta en la agricultura y, en menor medida, en la actividad pública y comercial. Faltan las industrias de envergadura que puedan absorber la mano de obra desocupada: entre un 30% y 40%; es decir, entre 5.400 y 7.200 habitantes (aunque el delegado comunal sostiene que son 2.000). La subsistencia se basa en actividades diversas no calificadas, tales como cortadas de ladrillos, desmalezamiento, construcción, fumigaciones, recolección de citrus, de papa, de caña de azúcar -al ser mecanizada no ocupa tantos peones-, de arándanos, de frutillas... Pero, como la remuneración en esas tareas es ínfima casi todos los integrantes de las familias deben dedicarse a otras labores.
"La desocupación, que afecta a muchos, es un problema de arrastre. Cerca de 2.000 santaenenses -1.260 según el sindicato- trabajan en la fábrica de Aguilares. Esa fábrica, que debió haberse instalado aquí, ahora afronta los inconvenientes que son de público conocimiento", detalló Juan Horacio Páez, delegado comunal.
Más mujeres y niños

Las mujeres, en su mayoría, son amas de casa. "Aquellas que desarrollan actividad laboral lo hacen como empleadas domésticas en esta localidad o en municipios vecinos", subrayó el funcionario. También remarcó que los meses críticos son de noviembre a marzo, a causa del éxodo de gente hacia otras provincias en busca de trabajo. Algunos se quedan, pero muchos vuelven.

En concreto la mayoría de la fuerza laboral activa carece de empleos permanentes y eso los transforma en obreros golondrinas. Deben trasladarse a otros lugares del país. Ello repercute -a causa del desarraigo y de la disgregación familiar- en la salud psicosocial de los involucrados. Entre otros efectos, genera un elevado porcentaje de desnutrición o mal nutrición infantil, deserción escolar, enfermedades sociales como alcoholismo, consumo de estupefacientes, violencia familiar... También se localiza un número importante de familias por debajo de la línea de pobreza.

La emigración -por lo general de jóvenes y jefes de familias- en búsqueda de oportunidades deja una población mayoritaria de mujeres, de niños y de ancianos desprotegidos. Entonces se hace necesaria no sólo la intervención coordinada del Estado provincial sino también de la Nación, para la concreción de un proyecto de promoción de desarrollo comunitario. "Esta es una real y sentida necesidad en la comunidad, que tratamos de satisfacer", admitió Páez.
La situación dominial

"Tenemos déficit habitacional. Muchas parejas de jóvenes viven en concubinato en la casa de sus padres. Por eso recuperamos varios predios fiscales, y con ayuda del gobernador Alperovich estamos regularizando la situación dominial. Hay 2.000 familias en esa situación", agregó Páez, quien residió 10 años en Buenos Aires después del cierre del ingenio.

También hay profesionales que deben radicarse en otras provincias para desarrollar sus actividades. El delegado comunal enfatizó que todas las colonias cuentan con energía eléctrica y muchas fiestas patronales, porque llevan nombres de santos. Se contabilizan en la zona 18 escuelas: 11 primarias completas, de manualidades, nocturna, agrotécnica Juan Mantovani y secundario acelerado. "En 2012 tendríamos un profesorado de nivel terciario de Ciencias Naturales. Hay un hospital, cuatro Caps y un CIC", resumió.

Pavimento y defensas

"Entregamos más de 200 becas universitarias y terciarias. Pavimentamos 40 cuadras y se construyeron las defensas sobre el Río Chico, que evitan que nos inundemos. Funcionan 10 cooperativas de construcción, una comisaria, tres clubes deportivos, cinco ONGs y tres comedores comunitarios. Gestionamos la instalación de la red de gas natural y de un cajero automático. Sólo contamos con los fondos de coparticipación, que siempre son pocos para una jurisdicción como la nuestra, que carece de una industria", sentenció el delegado comunal.

Alberto Horacio Elsinger Redacción LA GACETA


Fuente:http://www.lagaceta.com.ar/nota/458869/Tucumanos/Sin-fabricas-ni-industrias-perspectivas-son-poco-alentadoras.html

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