miércoles, 28 de septiembre de 2011

Alperovich se asusta porque los punteros no quieren votar a Cristina: ofrece dinero y contratos

07 de Agosto de 2011 18:20:06 | Las elecciones del domingo 14 son un desafío importante y desde Buenos Aires le exigen muchos votos.

Ya tuvo varias reuniones con dirigentes de distintos sectores de la provincia, en especial con los dirigentes de Yerba Buena.

El gobernador José Alperovich en persona trata de seducirlos para que lleven mucha gente a votar este domingo 14 en las primarias obligatorios para que pongan en las urnas el voto de Cristina Fernández de Kirchner.

El problema es que los punteros no quieren. No les interesa votar por Cristina por varias causas. La principal es que ellos no ganan nada, gana Cristina.

Por eso Alperovich les pidió que hagan lo imposible por arrear a los votantes.

Y para eso esgrimió el único idioma que dominan tanto el gobernador como los dirigentes políticos: el dinero.

En la política tucumana nada es gratis. No hay lealtades ni ideología. Solamente reina el dinero.

Está ofreciendo montañas de billetes para que sus punteros puedan sobornar a los electores y convencerlos que participen de las primarias abiertas. Esa plata y los bolsones permtiirán armar un enorme aparato de transporte hacia las escuelas y de pagos a los votantes.

Pero eso no es todo. Como alguna vez anunció la senadora Beatriz Rojkés de Alperovich a los díscolos médicos, habrá muchos contratos y subsidios "para los amigos" que voten este domingo por Cristina. Les van a dar trabajos subsidiados para no hacer nada y depender de la voluntad del gobernador.

Para el resto, nada.

Desde Buenos Aires le exigen a Alperovich otra muestra de lealtad que se sume a su actitud servil y genuflexa hacia el poder central.

Le piden algo así como 300.000 votos y el alperovichismo supone que le será difícil llegar.

"Parece que vamos a conseguir apenas 200.000", dijo un analista creíble del Gobierno provincial. Pero el dinero puede servir para aceitar voluntades.

Para el domingo 28 de este mes los dirigentes más perros de Alperovich prometen 500.000 para encumbrar de nuevo en la Gobernación al eterno Alperovich, sobre los 800.000 que seguramente sufragarán (sin contar las trampas).

Alperovich juega a dos puntas

En este punto conviene analizar lo que escribió el periodista Juan Manuel Asís en el matutino local La Gaceta:

Ahora bien, ¿porqué debería celebrar Alperovich los resultados adversos a los "K" de los últimos domingos?

Por dos razones:

1)- porque tiene una nueva excusa para justificarse ante la Nación por la posible escasa adhesión a Cristina en Tucumán, aduciendo que mutó el clima favorable al kirchnerismo. La pensada excusa "Presidenta, me traicionaron" -porque sus subordinados no van a trabajar tanto para el 14, como sí lo harán para los comicios provinciales del 28, donde se juegan su futuro-, quedaría superada por la nueva realidad: ya no inquietaría tanto que los acoplados no trabajen por la mandataria nacional, porque el nuevo argumento es mejor para explicar una eventual merma de sufragios en favor de la fórmula "K" en la provincia.

Los triunfos de Antonio Bonfatti (Santa Fe) y de Mauricio Macri (Capital Federal) le vinieron de perillas a Alperovich; se convirtieron en un paraguas oportuno para no tener que presionar tanto a la dirigencia territorial para que se esfuerce (que gaste dinero) por la Presidenta.

Es una conveniencia mutua entre referentes peronistas y el titular del Ejecutivo, ambos lados tienen hoy el mejor argumento posible para justificarse ante una pobre elección primaria en favor de la mandataria: pesó la debacle nacional del kirchnerismo en el ánimo del votante, y contra eso no se puede.

2)- porque la lealtad que le demostró al Gobierno nacional lo obliga a ser sutil a la hora de enviar un mensaje al resto de los candidatos presidenciales.

El tucumano no puede tener una posición similar a la de su par salteño, Juan Manuel Urtubey?, que fue claro en los comicios: no tuvo miedo de diferenciarse del Gobierno nacional.

Todos los presidenciables saben que Urtubey no comulga del todo con el kirchnerismo, por lo tanto, tiene las puertas abiertas para un diálogo con peronistas disidentes o con radicales. Alperovich no puede ser tan explícito en la diferenciación, pero sí puede enviar un mensaje electoral: un respaldo no tan contundente, como de 200.000 votos, como había sugerido alguna vez.

Scioli y Alperovich, por diferentes razones, pueden esbozar una sonrisa por el terreno que ha perdido el cristinismo a nivel nacional, cuya euforia mermó. Además, Alperovich no convirtió la interna abierta -una experiencia inédita, extraña para la mayoría de los votantes- en un plebiscito de su gestión.

Con habilidad, o por casualidad, no necesita del resultado de estos comicios para respaldar su gestión; siempre dijo que había que apoyar a la Presidenta, no ratificar su gestión. Ergo: que no extrañe que Cristina no obtenga muchos votos el 14 en Tucumán. El fracaso ya tiene otra excusa

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