sábado, 22 de octubre de 2011

En los dominios de Cristina Kirchner

https://fbcdn-sphotos-a.akamaihd.net/hphotos-ak-ash4/303158_231218126937727_178887795504094_668330_1544447009_n.jpg 
ABC se adentra en las propiedades de lujo de quien mañana puede ser reelegida como presidenta argentina

CARMEN DE CARLOS / EL CALAFATE (ARGENTINA)
Día 22/10/2011 - 10.14h
FOTOS: CARMEN DE CARLOS

Resort Los Sauces. Está ubicado en El Calafate. Un rickshaw que la presidenta compró en un viaje oficial a China
Un hogar lejos del hogar. La presidenta tiene una cabaña de lujo junto a su resort. Su esposo, Néstor Kirchner, solía sentarse en el columpio (junto a estas líneas) para hacer sus cuentas
Hotel Alto Calafate. Es otro de los grandes hoteles propiedad de los Kirchner. Está ubicado a orillas del lago Argentino, el mayor y más austral de los grandes lagos patagónicos
La presidenta y sus hijos tienen varios chalets en la ciudad de Río Gallegos (arriba). Es allí donde están construyendo el último «hogar» del expresidente Néstor Kirchner, un mausoleo (izquierda) más grande que los de Kennedy, Gandhi, Churchill, Martin Luther King o la madre Teresa de Calcuta. Según la prensa local, el monumento destinado a los restos de Kirchner tendrá 11 metros de alto y 650 metros cuadrados.

«Los Sauces. Casas Patagónicas». El nombre es la tarjeta de presentación de un complejo hotelero en El Calafate, a unos 80 kilómetros del imponente Glaciar Perito Moreno. La dueña, cuando está, se ocupa de todos los detalles. Meticulosa, controla que cada cosa siga en su sitio.

Tiene su casa, separada por un portón de troncos, al otra lado del jardín. En algunas partes el césped de una y otra se confunde. A ella, la mujer más poderosa de Argentina, nadie la nombra. No lo hacen en la administración, tampoco los camareros y mucho menos el personal de limpieza. El silencio no significa ignorancia. Todos saben que es la propietaria de ese y de otros hoteles de lujo. También, de una fortuna declarada en cerca de 20 millones de dólares y de una lista que se escribe con dos dígitos de apartamentos, residencias, terrenos y locales comerciales. Ella es la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.

El secreto de Los Sauces es una noticia conocida para la mayoría de los argentinos. La declaración de Hacienda del matrimonio Kirchner no podía esconderlo. En esta finca se construyeron en 2007 —año de la victoria en las urnas de la propietaria que mañana busca la reelección— cinco casas con 38 habitaciones. «Máximo lujo, medio y estándar. Diez de cincuenta metros cuadros y cuatro de noventa. Cada una de un color», aclaran los que trabajan en ella sin mencionar que el retrato de Eva Perón cuelga en una de las estancias. Como el negocio aparenta ser un éxito ahora tienen a los albañiles levantando otra casita, «más exclusiva, todo master suite», informa una recepcionista con extrema amabilidad.

Para trasladarse por Los Sauces hay varios cochecitos de golf. El terreno está atravesado por un arroyo. A un lado quedan varios bloques y el edificio del comedor de campo, con barbacoas; al otro, el restaurante La Comarca, para los paladares más selectos y abierto al público.
Frente a frente con «la otra»

Los Sauces es el capricho de Cristina. Su marido no quería que lo hiciera y le pedía que dejara de gastar dinero en eso, según la biografía oficial de la periodista «ultra K» (adepta) Sandra Russo. El hotel se encuentra frente a otro, Los Álamos, propiedad de María Angela Girometti, la amante oficial de Kirchner durante años, según la prensa y los que saben al dedillo quién es quién en Argentina. Las malas lenguas insisten en que la presidenta lo construyó ahí «para arruinarle el negocio a “la otra” y hasta el nombre lo puso para confrontar».
Ella misma los compra en sus viajes oficiales

Algunos objetos de decoración, como un rickshaw, el triciclo-taxi chino, lo trajo su dueña de un viaje oficial a Pekín. «La mayoría de las telas —confía una persona cercana a la familia— son importadas. Ella misma las compra y se las trae en su jet privado, el Tango 01». La recepcionista, por su parte, confía: «Hay cosas de muchos países porque los dueños son muy viajados».

En efecto, el ojo de Kirchner en sus visitas de Estado no pierde detalle. «La bicicleta dentro de la piscina fue idea suya. Lo vio en un hotel y la instaló aquí», reconocen los que se animan a hablar mientras se reserve su identidad. Toda de aluminio, hoy está en un rincón pero, con escasa resistencia en los pedales, resulta más una figura decorativa que práctica en el agua.

«Procuraba hacerlo cuando no había nadie pero desde que murió “el doctor” no viene mucho al spa». «El doctor» es como toda la provincia de Santa Cruz se refiere al difunto Néstor Kirchner. La presidenta intenta pasar desapercibida y aprovecha las horas en las que los huéspedes, todos extranjeros —norma no escrita del hotel—, están visitando el glaciar para darse un masaje.

«Mi cable a tierra, mi lugar en el mundo», reconoció siempre Cristina Fernández. Calafate es el paraíso de los «K». El consuelo de la viuda es «que Néstor murió acá y no en Olivos (residencia oficial de jefes de Estado). Lo odiaba», confiesa en su última biografía.
La viuda del misterio

La muerte de Néstor Kirchner se produjo aquí, en su casa de este hermoso paraje patagónico, el 27 de octubre del pasado año y como suele suceder en Argentina, con los personajes de la historia, continua envuelta en el misterio. «No había féretro de su tamaño, eran todos un par de centímetros más pequeños. Cristina —como llaman a la presidenta los que la conocen y los que no— llegó a dudar si entraría el cuerpo pero le doblaron apenitas las rodillas y cupo». La escena la contó un testigo y la repiten los que aquel día lloraron la muerte del hombre cuyo nombre ya está impreso en avenidas y plazas.

Único presidente de la historia en velarse con el ataúd cerrado, el gesto dio pie a multitud de especulaciones: «Tenía un golpe en la frente porque se desplomó al levantarse de la cama… En EL Calafate no había especialistas para acondicionar el cuerpo y éste desprendía líquidos y olores propios de un cadáver… La CIA dijo que fue un suicidio…» Las teorías son tantas como la imaginación. «Lo único cierto es que el hombre llegó muerto. Le intentaron reanimar. Lo hicieron durante una hora hasta que su médico, Luis Buonomo, desde Buenos Aires, ordenó que cesaran las maniobras de resucitación».

El relato, de una persona que formó parte del dispositivo de seguridad que siguió al anuncio del fallecimiento del ex presidente, coincide con el de un abogado próximo a los negocios de la familia que ofrece otro dato. «Son dueños de media ciudad y parte de la otra. Su ambición no tiene límite. Ahora quieren comprar Los Notros», comenta en referencia a la hostería histórica donde se han hospedado ricos y famosos, el único «refugio» dentro del Parque Nacional que permite la vista, sin necesidad de prismáticos, del glaciar.
La libreta del presidente

Ella, la viuda, posee la mayoría de las acciones del hotel Alto Calafate, un inmenso bloque con vistas maravillosas; la posada Las Dunas o la casa de campo La Usina, donde se puede practicar la pesca y montar a caballo. A través de sociedades como Hotesur o CO.MA controla un patrimonio que nadie se anima a calcular. «Los números los llevaba él. Se sentaba en ese columpio con una libreta y apuntaba todo», asegura un testigo reiterado de la escena en referencia al balancín al otro lado de los jardines de Los Sauces. «Esta, decía "el doctor" sujetando el cuadernito, no me la pueden hackear», continúa. El «columpio», de madera, está en el jardín de la casa de la presidenta pero prácticamente metido en la zona del hotel. «Ella —insiste un ejecutivo que la conoce— no sabía muchas cosas. Hasta han aparecido maletas con dinero en la casa», asegura. Verdad o leyenda, a la vista salta que, en esa familia, «platita» no faltaba ni falta.

La familia y una más
Tras ocho años de poder, el patrimonio de los Kirchner ha aumentado en un 929 por cien. Sus hijos, Máximo y Florencia, heredaron tras la muerte de su padre, aunque su tren de vida ya era conocido. El mayor, al frente de los negocios familiares, gestiona la inmobiliaria Sanfelice-Sancho. Su nueva casa la tiene muy cerca de Los Sauces. Él y su novia, María Rocío García, están más centrados en esto que en la política pese a ser el muchacho fundador de La Cámpora, una organización juvenil pro Kirchner. Su hermana Florencia (junto a estas líneas), ex rebelde, no se despega de la presidenta y ha abandonado sus estudios de cine en Nueva York. Las propiedades que la prensa local le atribuyen en la ciudad de los rascacielos —varios pisos en Manhattan— tendrán que esperar hasta que pasen las elecciones.

Fuente: http://www.abc.es/20111022/estilo-gente/abci-dominios-cristina-kirchner-201110220159.html

1 comentario:

  1. que democratico es este blog, que nunca tienen comentarios, .....sin un solo nombre personal, nadie da la cara, cobardes, que imperio tienen atras, ... todo se sabe

    ResponderEliminar