IRÁN, EL INDEC Y EL POSCHAVISMO EN LA AGENDA DE DESACUERDOS
28/09/2011
Por Guillermo Cherashny para el Informador Público
El gobierno norteamericano decidió votar en contra de un préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) a la Argentina por U$S 230 millones para desarrollo agrícola. Dos días después, Washington ratificó su mensaje al votar nuevamente en contra de otro préstamo del BID, aunque esta vez por un monto mucho más chico: U$S 1,7 millones. En ambos casos, los préstamos resultaron igualmente aprobados gracias al voto de otros países. Estas decisiones del Departamento de Estado son una clara señal contra la Casa Rosada, que intenta -hasta ahora vanamente- la deuda con el Club de París sin pasar por el FMI, a lo que se opone Washington y también la directora gerente del FMI, Christine Lagarde. Varias versiones coincidieron en señalar como el culpable de estas reacciones estadounidenses al canciller Héctor Timerman, que habría sido el autor intelectual del incidente provocado que terminó en la incautación del material sensible que traía un avión de la USAF para cursos a las fuerzas de seguridad de nuestro país. Ahora le cargan entonces a Timerman la romana de los votos negativos en las entidades financieras internacionales.
La sucesión de Chávez
La realidad es que Amado Boudou, en sus recientes reuniones en Nueva York con autoridades del Fondo y del gobierno americano, notó la creciente frialdad del ambiente, especialmente cuando Lagarde dijo que no hará concesiones sobre las erróneas estadísticas nacionales. También pesa en la balanza la nueva etapa en la política exterior con la Republica Islámica de Irán cuyo símbolo fue que Jorge Argüello, nuestro embajador ante la ONU, se quedó sentado, mientras el presidente iraní decía disparates sobre el atentado contra las torres gemelas. Esto confirma la primicia de nuestro colega José Eliaschev, que denunció un nuevo pacto secreto con Irán, que Timerman desmintió categóricamente.
Otro motivo de distanciamiento con los Estados Unidos es la actitud vacilante de la Argentina ante el inminente proceso sucesorio que se abriría en la República Bolivariana de Venezuela, donde hay noticias firmes de un agravamiento del cáncer que padece Hugo Chávez, lo que podría generar un golpe militar pro-bolivariano o un desmoronamiento del chavismo. De todas formas, sería muy ingenuo creer que el culpable de todas estas desavenencias sea solamente Timerman. Es obvio que todos estos errores fueron aprobados por CFK, quien en estos últimos días no se privó de volver a aconsejar sobre los problemas económicos internacionales, proponiendo la receta argentina y dejando de lado la falsa modestia que mostró después de triunfar rotundamente en las primarias.
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