Miércoles 24 de Agosto de 2011 15:50:31 | Por las reglas de juego impuestas por el alperovichismo, las elecciones provinciales serán en Tucumán un fantástico simulacro que sólo servirá para engañar.
Los votantes tucumanos se encontrarán con unas 90 boletas en el cuarto oscuro este domingo 28.Será la puntada final de un enorme engaño destinado a estafar a un millón de electores que están en el padrón y a 18.000 candidatos que se postularon para apenas 347 cargos electivos, en 700 listas.
El gran embaucamiento se puso en marcha con las cínicas reglas de juego que impuso el alperovichismo.
El daño que se le va a hacer de nuevo a Tucumán (recordar los sublemas) es impresionante. Una vez más el sistema institucional se armará con trampas.
Un gran fraude legal se puso en marcha. Tiene la apariencia de un sistema electoral honesto, pero no lo es.
Se necesitan unos 8.000 votos para colocar un legislador. Esa proeza digna de Hércules (por el esfuerzo, el dinero y el aparato electoral que exige) solamente estará al alcance de las listas financiadas por el gobernador José Alperovich y por algunos contados opositores, que cosecharán el desprecio de los tucumanos hacia la familia gobernante.
El esquema para seducir a votantes incautos y candidatos ilusionados maneja varias herramientas:
- Una son las colectoras que, como ya adelantó CONTEXTO, servirán solamente como un monstruoso embudo para llevar votos hacia la re-reelección ilegal de Alperovich.
Miles de candidatos que están en los primeros lugares de las listas para legisladores y concejales suponen que puede lllegar a una banca y contar con sueldos envidiables durante cuatro años. Nada más alejado de la realidad.
Creen que sacarán algo, pero no obtendrán nada. Nunca tuvieron ni la más mínima posibilidad. El entrecruzamiento de acoples hará que se ahoguen entre ellos, para beneficiar al gobernador.
Las listas oficiales alperovichistas y la de sus aliados más directos se llevarán todo. Apenas quedaran migajas para los que lleguen segundos o terceros, pero, como se verá más abajo, hay promesas para ellos.
- Las candidaturas-anzuelo, como las llaman los politólogos, son una elementos hipócrita armado por el alperovichismo para engañar a los votantes.
Muchos de los principales candidatos (Ramiro González Navarro, Osvaldo Jaldo, Sergio mansilla, Ignacio Golobisky y muchos más) nunca asumirán. Para ocultar la estafa electoral aseguran que son candidaturas "testimoniales".
Y lo peor es que lo confiesan abiertamente y nadie dice nada.
- El tercer artero elemento de la estrategia gobernante es prometer un buen futuro a los candidatos que pierdan, que serán más del 95%.
El alperovichismo solamente ayudará y dará trabajo y subsidios a aquellos que le respondan o que se confiesen peronistas. Para el resto no habrá nada: ni trabajo, ni dinero ni ayuda. La senadora Beatriz Rojkés de Alperovich se lamentó hace poco haber dado empleo a médicos que no son justicialistas, porque no responden a los mandos gubernamentales y no son obedientes.
Esta es una de las más salvajes maniobras de la política. La "venta de un futuro mejor" sirve para que todos tiren del mismo carro, en el que están trepados solamente algunos elegidos.
- Finalmente, el dinero mueve al mundo y también a las elecciones. Nadie tiene los fondos suficientes como para armar una estructura que canalice votos, con excepción de los alperovichistas.
Tucumán tiene 3.040 mesas para votar. Para empezar a conversar habría que tener 3.040 fiscales y la plata para costear ese sistema y para arrear a los votantes.
Sin controles pueden pasar muchas cosas desagradables.
Con muchos engaños, se le está por causar otra mancha tremenda en la historia de Tucumán en este vapuelado siglo XXI.
Contexto.com.ar - Democracia a la tucumana: colectoras que estafan, candidatos-anzuelo que no asumir
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